Sheol, hades y gehenna son todos traducidos como "infierno". ("Sheol" en Hebreo, "hades" y "gehena"en Griego) Se utiliza "infierno" como palabra en español o inglés sin diferenciarlos, sin embargo Sheol y Hades son en uno y otro idioma la misma palabra pero Gehena no. Nadie iba la cielo antes de que Jesús entrara en escena. Todos iban al Sheol (morada de los muertos, traducida como "infierno") pero este Sheol/Hades estaba dividido en dos áreas:

El Sheol o Hades: la "morada de los muertos" (traducido como "Infierno" ) estaba dividido en:

  1. "La morada de los Justos o Seno de Abraham" (Lc 16,22-26)  Donde los justos que habían muerto antes de la encarnación, muerte y resurrección de Cristo esperaban su liberación
     
  2. Gehena: El "lago de fuego" "estanque de fuego" o lugar de la eterna condenación de los impíos (Mt:5,29.18,9 Mc. 9,43-47) Esto es lo que nosotros llamamos habitualmente infierno.

Los tipos buenos iban a la Morada de los Justos, el Seno de Abraham y los chicos malos a la Gehena. Había un gran abismo entre ambos sitios y ninguna manera de cruzarse de un lugar al otro (Lc.19,26). Cuando en el Credo decimos: "Cristo descendió a los infiernos" nos referimos a lo que nos cuenta la Biblia de que Jesús bajó a buscar a los justos que estaban en el Sheol/Hades (1Pe. 3,18-19). Jesús es el único camino, la única puerta al Cielo por lo que era importante que "bajara" a rescatar a los que habían muerto antes que él. Él llegó allí para "abrir las puertas" de la Morada de los Justos y liberar a todos y cada uno de los servidores fieles de Dios y los buscadores sinceros de la verdad que esperaban allí desde el comienzo de la historia humana. Él fue a rescatarlos y a liberar sus almas para que pudieran entrar con Él al cielo (Mt. 27,52-53) ¡Alabado sea Dios! Esa debe haber sido una gran fiesta.

diagram of Hell which consisted of Hades (unjust) & Gehenna (just)

Jesús no entró a la Gehena (Infierno) para liberar a los que ya estaban condenados ni destruyó el infiermo de la condenación sino que fue a liberar a los justos que habían muerto antes que Él porque es el liberador y salvador de toda la humanidad, incluidos los tiempos del Antiguo Testamento y los comienzos de la historia humana.

Nadie se quedó en la Morada de los Justos después de la Resurrección. En la Gehenna sin embargo, se quedaron todos porque ellos ya estaban perdidos para toda la eternidad por haber rechazado a Dios concientemente y en rebeldía. La morada de los justos se había cerrado pero la gehenna, el infierno siguió quedando abierta y muchos todavía hoy van a parar allí, al infierno. ¡Jesús, por favor cúbreme con tu manto de misericordia! No hay diferencia de perspectiva sobre el Infierno entre católicos y evangélicos, todos creemos lo mismo.

Fr. Terry Donahue escribe:

"Porque la Buena Noticia ha sido anunciada a los muertos." (1 Peter 4,6) El descenso al lugar de los muertos llevó el mensaje de salvación del Evangelio a la plenitud de su cumplimiento. Esta fue la última fase de la misión mesiánica de Jesús. Una fase condensada en tiempo (3 días) pero vasta, inmensa en su real significancia: la expansión de la obra redentora de Cristo a todos los hombres de todos los tiempos y lugares para que todos puedan ser salvos y compartir en su redención.

Cristo bajó a las profundidades de la muerte para que "la muertos escuchen la voz del Hijo de Dios y así quien los escuche pueda vivir" (Cumplimiento de Jn.5,25). Jesús, el Autor de la Vida, muriendo destruyó y "redujo a la impotencia a aquel que tenía el dominio sobre la muerte, es decir al demonio, y liberar de este modo a todos los que vivían completamente esclavizados por el temor de la muerte". (Heb 2:14-15). Cristo tiene en sus manos "las llaves de la muerte y del abismo" (Ap.1,18) para que "al Nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la Tierra y debajo de la Tierra" (Fil.2,10)

La "Morada de los Justos" es diferente del "Purgatorio" en el que los católicos creen. Este último es donde van los que han muerto en Cristo a ser purificados antes de entrar plenamente a la presencia de Dios en el cielo. Sin embargo la "Morada de los Justos" es un precursor del Purgatorio. Todas las alams de la Morada de los Justos fueron liberadas por Cristo, similarmente todas las almas en el Purgatorio con seguridad pasarán al cielo por Cristo después que hayan "purificado sus trajes para el banquete de bodas" (Mt. 22,12) porque nada impuro puede entrar a la presencia de Dios en el cielo (Ap. 21,27)

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¿Qué creen los católicos sobre el Infierno? - Catequesis de Juan Pablo II

¡Las catequesis de Juan Pablo II y de Benedicto XVI son unos bellísimos estudios bíblicos de las que todos podemos sacar provecho!

Te presentamos aquí la catequesis de Juan Pablo II: "El Infierno como rechazo definitivo de Dios" dada en la audiencia pública del 28 de junio de 1999, verás cómo entienden los católicos el infierno.

"El Infierno como rechazo definitivo de Dios"
(Puedes ver este documento completo en: http://es.catholic.net/conocetufe/424/905/articulo.php?id=6694 )

Dios es Padre infinitamente bueno y misericordioso. Pero, por desgracia, el hombre, llamado a responderle en la libertad, puede elegir rechazar definitivamente su amor y su perdón, renunciando así para siempre a la comunión gozosa con él. Precisamente esta trágica situación es lo que señala la doctrina cristiana cuando habla de condenación o infierno. No se trata de un castigo de Dios infligido desde el exterior, sino del desarrollo de premisas ya puestas por el hombre en esta vida. La misma dimensión de infelicidad que conlleva esta oscura condición puede intuirse, en cierto modo, a la luz de algunas experiencias nuestras terribles, que convierten la vida, como se suele decir, en «un infierno».

Con todo, en sentido teológico, el infierno es algo muy diferente: es la última consecuencia del pecado mismo, que se vuelve contra quien lo ha cometido. Es la situación en que se sitúa definitivamente quien rechaza la misericordia del Padre incluso en el último instante de su vida.

Para describir esta realidad, la sagrada Escritura utiliza un lenguaje simbólico, que se precisará progresivamente.

Las imágenes con las que la sagrada Escritura nos presenta el infierno deben interpretarse correctamente. Expresan la completa frustración y vaciedad de una vida sin Dios. El infierno, más que un lugar, indica la situación en que llega a encontrarse quien libre y definitivamente se aleja de Dios, manantial de vida y alegría.

Por eso, la «condenación», no se ha de atribuir a la iniciativa de Dios, dado que en su amor misericordioso él no puede querer sino la salvación de los seres que ha creado. En realidad, es la criatura la que se cierra a su amor. La «condenación», consiste precisamente en que el hombre se aleja definitivamente de Dios por elección libre y confirmada con la muerte, que sella para siempre esa opción. La sentencia de Dios ratifica ese estado.

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Gracias Fr. Terry Donahue por la mayor parte de las ideas de este artículo