Prácticas Sincréticas en Latinoamérica

Introduccion

Algunos evangélicos podrán acusar a los católicos latinoamericanos de paganismo si les ha tocado interaccionar con gente que se dice católica pero practica al mismo tiempo alguno de los cultos sincréticos afroamericanos o “cultos africanistas” (Macumba, Umbanda, Kimbanda, Candomblé y Santería) o con gente que es "devota" de los llamados "Santos Populares". Sin embargo, los católicos NO aceptan de ninguna manera este tipo de prácticas y considera estas prácticas TOTALMENTE CONTRARIAS AL PRIMER MANDAMIENTO exactamente igual que los evangélicos.

¿Qué hacen y de dónde salen los Cultos Sincréticos Africanistas?

Cuando un africanista se acerca a venerar una imagen de un santo católico, de la Virgen o del mismo Jesucristo ya sea en un altar hogareño o en un templo católico –y a veces lo hacen rezando oraciones de la tradición católica como el Padrenuestro o el Ave María o incluso ofrecen misas utilizando el nombre de algún santo católico- en realidad está adorando a alguna de sus deidades (que ellos llaman “guias” u “Orixas” u "Orishas" o “entidades”).

Cada “Orixa” está asignado a un santo, a la Virgen o a Jesucristo de acuerdo con alguna similitud que se haya visto entre la apariencia de la imagen o la historia del santo con las características de la deidad en el culto tradicional. Ellos cuentan además con deidades intermedias –entre ellas Exú a quien identifican con el demonio- adoran a los ancestros y a los elementos de la naturaleza; adoran en total a unas 400 deidades o espíritus menores y a una deidad superior que identifican con el Dios cristiano,al que en el caso de la Santería, le han dado estructura trinitaria. Además creen en la reencarnación. Tienen ritos de iniciación y diferentes grados de participación en las ceremonias de culto. Su “liturgia”, si se puede llamar así consta básicamente de danzas rituales con instrumentos de percusión, sacrificios de ofrenda (frutas, granos o animales), baños rituales, el uso de hierbas en diversas formas y todo tiende a llevar a los participantes a un estado de trance que ellos asumen como la posesión temporal por el orixa al que se está invocando. Las formas más modernas del Candomblé surgieron en el siglo XX incorporando elementos del espiritismo. Y, por supuesto, no aceptan la Biblia. Su “teología”, si así pudiera llamarse, se basa en un cuerpo de historias mitológicas que son herencia de la tradición oral de esas antiguas tribus africanas con algunos matices que se han incorporado al aprender los esclavos los principales relatos de la tradición cristiana. Estos matices llevaron a incorporar a Jesucristo bajo el nombre de "Oxala" como "el más importante de los orixas" pero de ninguna manera lo entienden como lo que realmente es: el Verbo Encarnado, el Mesías. También en razón de estos matices asisten a las misas católicas pero las entienden en un sentido completamente equivocado, para ellos el sacrificio de la misa no es memorial de la pasión y muerte de Cristo y la Eucaristía no es entendida como presencia real de Cristo sino que se le asigna un cierto poder mágico todo relacionado con el culto de sus orixas.

En fin, como puedes ver, esto de católico o de cristiano no tiene nada salvo el uso de las imágenes y el rezo de algunas oraciones de la tradición que muchas veces son el elemento de confusión para que algún desprevenido o desesperado se enganche creyendo que es bueno porque rezan o porque tienen tal o cual imagen.

Estos cultos tienen su origen en los tiempos de la colonización. Mientras que en Norteamérica el colonizador inglés se ocupó de evangelizar a los negros que provenían esclavizados desde África y éstos abrazaron mayoritariamente el protestantismo en la América Hispana se acumularon situaciones como el bautismo compulsivo sin evangelización ni catequesis, la escasez de misioneros agravada cuando se produjo la expulsión de los jesuitas y la idea misionera católica de “inculturación” por algunos mal entendida que desembocaron en una situación muy particular: la gran mayoría de los esclavos negros, provenientes del área que en la actualidad abarca Togo, Benin, Ghana y parte de Nigeria eran miembros de tribus animistas como los Yoruba. Al llegar a América fueron bautizados compulsivamente como católicos y recibían los sacramentos sin conocer realmente a Jesucristo. En este contexto empezaron a asimilar las imágenes de los santos católicos con sus deidades animistas y los rituales católicos con sus rituales animistas. En algunos lugares se promovían cofradías de negros que, en pos de la inculturación, fueron incorporando sus prácticas ancestrales y transmitiéndolas en la cultura. Si bien su culto animista estaba prohibido nunca dejó de practicarse y pervivió por siglos dando origen a estos cultos “africanistas” que hoy conocemos.

Justamente “sincretismo” es mezcla, en este caso mezcla de los cultos tradicionales animistas de África con algunos elementos del catolicismo, las tradiciones indígenas y el espiritismo. Lamentablemente muchos de sus practicantes en pleno siglo XXI no son capaces de entender la diferencia y se consideran a si mismos “buenos católicos” ¡Recemos por ellos! Y si se nos presenta la oportunidad tratemos de aconsejarlos y evangelizarlos para llevarlos a la verdad en Cristo.

¿Y los “Santos Populares”?

Veamos de que se trata esta otra gran confusión sincrética. Aquí a diferencia de los cultos africanistas que tienen su estructura, tradiciones y organización interna la cosa es todavía más difusa porque se trata de mitos originados en un lugar en particular y no tiene ninguna forma cultual organizada. El culto de estos llamados "Santos Populares" también es completamente opuesto al cristianismo y es considerado por los católicos como falta grave al primer mandamiento.

Señor de la Muerte (Santa Muerte o San La Muerte), La Niña Blanca (Martita o la Flaquita), Mashimon, Maria Lionza, Pacha Mama, Inti Raymi y otras yerbas

Estas “devociones” (como las llaman sus practicantes) al igual que otras similares a lo largo del continente son la herencia de las culturas indígenas y su mitología. La muerte, la tierra, el sol ... han sido deificadas por las culturas primitivas que al no poderlas manejar las entendían como dioses. Todas las culturas por diferentes que eran entre sí habían deificado los elementos de la naturaleza y la muerte de alguna manera. Por ejemplo el culto del Señor de la Muerte se da en areas tan distantes entre sí como la cuenca del Paraná en Sudamérica (tradición de los guaraníes) y México (tradición de los aztecas). Con la llegada de los colonizadores estas tradiciones y mitos pervivieron, llegando hasta el día de hoy en que han incorporado aspectos del catolicismo como las velas, las flores o las procesiones. Si bien es cierto que en áreas de predominio indígena se las tolera como parte de su herencia cultural de ninguna manera han sido aceptadas como verdaderas devociones por el catolicismo ya que no tienen ningún tipo de fundamento en la Revelación Divina.. La Iglesia Catolica las rechaza tanto como los evangélicos

Los “Santos Populares” propiamente dichos

Este es otro producto genuinamente latinoamericano, producto de la cultura mestiza. La lista es larga: Jesús Valverde, el Gaucho Gil, la Difunta Correa, la Madre María, etc. y las historias ligadas a ellos son muy diferentes entre sí.

Los llamados “Santos Populares” NO son santos canonizados por la Iglesia, es más ni siquiera hay garantía de que en vida hayan sido cristianos o vivido de acuerdo a las enseñanzas de Cristo. Consta que algunos de ellos han sido incluso espiritistas, devotos de “San La Muerte” e incluso ladrones al estilo Robin Hood.

Cada uno tiene su propia historia sin embargo todos son personas que por alguna razón han vivido algo que el pueblo entendió como “milagroso" luego cobró trascendencia más allá de su pueblo de origen y se transformó en mito popular. Este mito popular se termina asociando con la idea de que esta persona seguramente ya está en el cielo y concede milagros generándose una falsa devoción que toma del catolicismo prácticas como la veneración de las imágenes, el uso de flores y velas, novenas, procesiones e incluso peregrinaciones al sitio donde la persona vivió o murió.

Hay dos problemas aquí: Uno es que no hay garantía de la santidad de la persona y, por supuesto, no sabemos si esta realmente ya en el cielo. El otro problema es que generalmente el devoto del “santo popular” al ofrecer una oración en nombre de esta persona no lo hace para orar por la salvación del alma de este difunto sino que lo hace pidiendo su conseguir algún favor u honrándolo. Y esto es una gran equivocación ya que se cae en el pecado de “recurso a los muertos” contrario al primer mandamiento.

Me dirás que tal vez escuchaste en alguna misa católica alguno de los nombres mencionados arriba en la lista de intenciones por la que se ofrece la misa. Esto tiene una explicación: la Iglesia no los reconoce como santos por ende puede rechazar ofrecer misas de acción de gracias o misas votivas en su honor. Sin embargo, no se puede negarles la posibilidad de ofrecer misas por la salvación de sus almas -como se lo haría por cualquier difunto- ya que todo difunto incluso un no católico tiene derecho a que se ore por la salvación de su alma. Negarse a orar por el alma de un difunto sería en cierta forma declarar que se han condenado y eso la Iglesia Católica nunca lo ha hecho ni lo hará. De modo que es posible que escuches algunos de esos nombres pero siempre van a estar en el listado de difuntos y nunca en el de santos o acciones de gracias.

Y todavía algo más

En el caso de los “Santos Populares” como en las otras devociones sincréticas el poder se atribuye directamente al santo, no a su intercesión ni a la misericordia de Dios. Es decir, se entiende que el poder por el que se logran los favores viene del "santo" o de la deidad no de Dios ni de los méritos de Cristo. Además, como en toda herencia de las culturas antiguas, se atribuyen al “santo” o a la deidad rasgos muy humanos incluso en sus "sentimientos" (por ejemplo pueden enojarse y actuar en consecuencia). Algunos devotos de santos populares y del africanismo creen que así como reciben favores pueden recibir castigos de parte de sus "santos" e incluso pueden pedir como favor un “daño”, castigo o maldición sobre otra persona y esto los católicos lo rechazan abiertamente tal y como lo rechazan los evangélicos por ser completamente opuesto a los principios cristianos.

Lamentablemente, en algunos casos estas prácticas están promovidas en nombre de la defensa de la identidad cultural aborigen o en otras por intereses económicos ya que atraen el turismo (como el caso de la procesión en el mar dedicada a Iemanja el 1 de enero o algunas de las actividades carnavaleras). En otros casos está estimulado por la New Age ya que algunos de estos cultos (como por ejemplo el de la Pacha Mama o el Inti Raymi) cuadran perfectamente con sus ideas pero en ningún caso están promovidas por la Iglesia Católica

¿Qué hacer para ayudar a alguien atrapado en estas falsas devociones?

Hay una única posibilidad seas cristiano evangélico o cristiano católico:

Presentarle a Cristo como el único mediador, como el único Señor y Rey en cuyo Nombre reside todo el poder

Muchos de quienes están atrapados en estas prácticas no han tenido la oportunidad de ser evangelizados, conocer la Biblia o de haber recibido una buena catequesis. Es posible que a algunos de ellos les sea más facil que tomar la Biblia, cambiar su falsa devoción por la devoción a María o a los verdaderos santos, los canonizados. A veces la puerta para evangelizarlos es presentarles un santo o la Virgen como alternativa a su falsa devoción y desde el conocimiento del santo o de María en su imitación de Cristo llevarlos a Cristo y a la Palabra de Dios.

Al mismo tiempo hay que ayudarlos a liberarse del miedo y la ansiedad que opera fuertemente en este tipo de cultos y de la superstición en la que fueron instruídos llevándolos a descubrir la inmensa misericordia de Dios y, como dice Pablo, ayudándolos a descubrir que donde está el Espíritu hay libertad y en el amor no hay lugar para el temor. Para esto es central llevarlos a la oración, al conocimiento de la Palabra de Dios y contar con una comunidad que los apoye con su oración y con su afecto.

Es central reconocer que muchas de estas prácticas pueden crear ataduras ya que están relacionadas con lo oculto. Aún si su paso por estas prácticas hubiera sido una sola vez o pocas veces, ocasional o por simple curiosidad o haya sido en un tiempo bastante lejano en el pasado de la persona y hoy ya no lo practicara es importante llevarlos a que hagan la renuncia formal a estas prácticas, incluyendo la destrucción de cualquier elemento material relacionado a estos cultos o falsas devociones (imágenes, collares, amuletos, libros, etc). Será de mucha utilidad contar con hermanos que los ayuden con su oración; en particular con oraciones de liberación y sanación interior. Algunos posiblemente necesitarán oraciones del tipo “intergeneracional’ ya que estas prácticas se transmiten básicamente en el seno de las familias y de generación a generación. En el caso de los católicos este proceso debe incluir la Confesión y la vuelta a la recepción frecuente de la Sagrada Comunión.

Muchos de los practicantes de cultos sincréticos han caído en eso por algún tipo de necesidad: salud, trabajo, problemas de relación, problemas financieros, etc. por lo que no se puede descuidar la responsabilidad de hacer lo que esté al alcance de cada uno para responder concretamente en caridad a este tipo de necesidades. Tambien será importante, en nombre de Cristo, apoyar en forma concreta a todos los que estén pasando por alguna situación de estas para evitar que sean presa fácil de estas falsas devociones. Y por supuesto orar en intercesión por ellos!

Como puedes ver en este tema del sincretismo católicos y evangélicos pensamos exactamente lo mismo: Está muy muy mal y hay que llevar a sus practicantes a encontrar la verdad en Cristo Jesús