Estos son la más lamentable serie de incidentes ocurridos en la Iglesia durante el último siglo. Quienquiera que sea que abusa o da a a alguien desde una posición de confianza viola no sólo las leyes de nuestra sociedad sino también la ley de Dios. Los culpables deben ser removidos inmediatamente de sus tareas y puestos a disposición de los sistemas de justicia. Afortunadamente el proceso de de formación de los sacerdotes se ha tornado mucho más riguroso en los últimos 15-30 años, cuando ocurrieron la mayoría de estos casos.
La mayor persecución a la Iglesia hoy por hoy, nació de los pecados cometidos dentro de la Iglesia, no fuera de ella. La Iglesia necesita responder a la justicia porque ésta no se reemplaza con el perdón.
(Benedicto XVI, 11 de Mayo de 2010)
El Papa Benedicto ha tomado como una de las prioridades de su pontificado clarificar este tema.
Al comienzo de su pontificado ordenó un estudio que identificara las 4 mayores causas que llevaron a los abusos:
- Pobre selección de los candidatos [al sacerdocio]
- Insuficiente formación moral/espiritual en loa seminarios
- La tendencia social a proteger al clero
- Una equívoca preocupación por mantener la reputación de la Iglesia y evitar escándalos que llevó a la falla en la aplicación de las penas canónicas y a la falla en salvaguardar la dignidad de las víctimas como seres humanos.
1. Pobre Selección de los Candidatos
El Papa envió representantes a visitar 220 seminarios en el primer año de su pontificado. Por medio de esto y del análisis de los casos de abuso, el Papa pudo identificar y responder concretamente a la situación que subyace en la vasta mayoría de los casos de abuso, el de sacerdotes y adolescentes varones. Esto demostró que más que pedofilia, fue la homosexualidad el problema primario. El documento resultante, Instruction Concerning the Criteria for the Discernment of Vocations with regard to Persons with Homosexual Tendencies in view of their Admission to the Seminary and to Holy Orders [determinó un aumento de nivel de exigencia en cuanto a la admisión de los candidatos] dice:
...en tanto que la Iglesia respeta profundamente a las personas en cuestión, no puede admitir en el seminario o en las sagradas ordenes a quienes practican la homosexualidad, presentan tendencias homosexuales profundamente asentadas o apoyan la llamada “cultura gay”.
En cuanto a la pedofilia en general, un estudio de dos años y consultas in extenso con sicólogos resultaron en un libro llamado: “La Iglesia y la pedofilia, una herida abierta”. Éste provee lineamientos para que los directores de seminario puedan detectar a los candidatos al sacerdocio que requieran atención extra y escrutinio en este aspecto. Por ejemplo, si un candidato tiene dificultades para relacionarse con los adultos o con sus pares en una forma normal, es posible que busque identificarse con los niños.
El Papa dijo en 2008:
Es más importante tener buenos sacerdotes que tener muchos sacerdotes.
2. Insuficiente formación moral/espiritual en los seminarios
Entre los años ‘60-‘80s, después del Vaticano II surgió una verdadera burbuja de liberalismo tanto en la Iglesia como en la sociedad en general. Si bien surgieron entonces muchas cosas buenas como un nuevo enfoque pastoral desde Dios amor, un compromiso más profundo con los pobres, también se relajó el tono, haciéndose más permisivo en el aspecto sexual. [Esto afectó también los programas de formación en los seminarios]
En los últimos 10 años el papado ha trabajado duro para salvaguardar las cosas buenas de estas nuevas tendencias, como la proclamación de un Dios amor y no un Dios castigador y la necesidad de atender las necesidades de los pobres. La primera encíclica del papa actual fue “Dios es Amor”. Con el paso de la Madre Teresa se ha renovado el respeto por los pobres y el deseo de imitarla en su ortodoxia moral, incluyendo el aspecto sexual. Si bien muchas cosas del liberalismo de los ‘60s ha sido preservado, en la última década la atención se ha centrado en tratar de eliminar los efectos negativos del liberalismo como los estándares relajados de la moral sexual. El papa ha trabajado intensamente para asegurarse que los seminarios ajusten su enseñanza en temas morales. Él dice que no es un acto de amor permitir que persista la inmoralidad sexual.
3. La tendencia social a proteger al clero
Es difícil imaginarlo ahora pero hasta hace unos 20 o 30 años atrás, los sacerdotes eran exageradamente respetados al igual que lo eran los médicos, los abogados y los políticos. En general la sociedad tendía a poner mayor confianza en un sacerdote –o en alguna de estas profesiones- que en otros de quienes era más creíble una acusación. La sociedad misma, sus cambios culturales han corregido esta idea, o tal vez la “super-corrigió”. Hoy tanto sacerdotes como médicos, políticos y abogados, han caído de sus pedestales. Hoy por hoy estamos en el otro extremo, los medios y a colación la cultura son hostiles a todo lo que implica una moral conservadora al punto de sospechar y hasta denigrar a los sacerdotes por el sólo hecho de ser sacerdotes.
4. Una equívoca preocupación por mantener la reputación de la Iglesia y evitar escándalos que llevó a la falla en la aplicación de las penas canónicas y a la falla en salvaguardar la dignidad de las víctimas como seres humanos.
Hay un viejo refrán que dice que toda profesión es una conspiración contra el público. Hace 20 años atrás si un médico tenía problemas con un paciente, el colegio médico tendía a defenderlo. Lo mismo pasaba con los abogados y con otros profesionales de aquella generación. Y no eran sólo las asociaciones profesionales las “sobreprotectoras” sino que entre colegas tendían a ocultar los trapitos sucios de sus pares. Esto era así en toda la sociedad y por ende también en el clero de aquel tiempo. Había una especie de moral tribal que hacía que se luchara por mantener a flote a un miembro en lugar de exponerlo/sancionarlo. Esta actitud en el caso de los abusos no puso suficiente consideración de las víctimas, ni de sus familias ni de la comunidad. Este es tal vez el aspecto más peligroso de esta tragedia porque salpicó también a miembros inocentes del clero.
En lo concreto respecto de estos últimos dos puntos, se ajustaron los procedimientos canónicos para manejar los casos denunciados con más eficiencia, dándole las penas canónicas más rigurosas en lo eclesiástico y dando los medios para facilitar los procesos judiciales civiles siguiendo las leyes de cada país.
El Papa identificó un proceso de verdadera sanación necesario para la recuperación que implica tres elementos:
- Sanar heridas
- Reparar el daño
- Renovación espiritual
Para que una herida sane, ésta debe salir al aire. Debe haber una reparación del daño tanto en cuanto compensación material como a través de la vía judicial o de ambos. Debe comenzar un proceso de perdón y finalmente la necesidad de renovar seminarios, parroquias y toda la cultura espiritualmente.
El Papa se reunió con víctimas de abuso en Washington, en Sidney Australia, en Malta, en España y en Romea con las víctimas indígenas canadienses. En todos los casos los reportes sobre las reuniones dados por las víctimas fueron abrumadoramente positivos. Por supuesto que hay mucho más por hacer y sobre todo en cuanto embarcarnos en la renovación espiritual. El Papa dijo que la Iglesia del futuro será más pequeña pero más fiel. El énfasis puesto antes en el crecimiento numérico de la Iglesia ha sido reemplazado por un énfasis en su purificación. El crecimiento sigue a la purificación, no al revés.
Abusos Sexuales fuera de la Iglesia
Hablar de este tema pone a los católicos en una posición difícil. Hay exageraciones increíbles dando vueltas en los medios de comunicación secular y entre los evangélicos de modo que si un católico intenta desenmascarar estas exageraciones la tendencia es acusarlo de buscar excusar las tragedias.
El sacerdocio católico no es la única institución manchada por los escándalos. Un escándalo reciente involucró a Ted Haggard, evangélico. Salió a la luz que mientras él era director de la National Association of Evangelicals [Asociación Nacional Evangélica de USA] y pastor de la mega iglesia "New Life Church", al mismo tiempo estuvo drogándose e involucrado sexualmente con un taxi boy gay de 20 años de edad que era miembro de su congregación llamado Mike Jones. Esto fue devastador no sólo para su esposa y toda su familia sino que hizo estremecer al mundo evangélico y aportó a la derrota de los Republicanos en las elecciones legislativas de ese año.
En 2001 escuché en el programa de radio evangélico "Focus on the Family" conducido por el Dr James Dobson una discusión sobre la crisis de los Pastores en iglesias no católicas. El informe indicaba que el 21% de los pastores encuestados admitían haber tenido conductas sexuales inapropiadas con miembros de su congregación. 60% de ellos –que en su mayoría son casados- aceptaron tener un problema con la pornografía. Otro estudio anterior de 1984 presentaba que el 76% de los pastores consultados sabían de algún otro pastor que había tenido relaciones sexuales con algún miembro de su congregación. También hay casos de abusos denunciados entre los evangélicos. Puedes pulsar el siguiente link para ver Una lista de ministros no Catolicos procesados judicialmente por casos de abuso sexual (en inglés)
Un solo ejemplo de que esto no es sólo problema del clero: En el Canada se calcula que hay unos 65000 usuarios de pornografía infantil.
En este mundo post-Froidiano, los escándalos sexuales han golpeado a muchas de las grandes instituciones de la sociedad desde presidentes y políticos hasta las escuelas públicas y las ligas deportivas inferiores. ¡Dios sálvanos!
La incidencia de abuso sexual por docentes [escuelas públicas] es espeluznante. Un reporte de 1988 del Handbook on Sexual Abuse of Children [USA] revela que “1 de cada 4 niñas y 1 de cada 6 niños es abusado [por un docente en algun momento antes de] los 18 años de edad”. Otro estudio en 1991 reporta que “17,7% de varones y 82,2% de mujeres con secundario terminado reportaron acoso sexual por docentes o personal de la universidad durante sus años de estudio. El 13,5% admitió haber tenido relaciones sexuales con algún docente”
Un estudio en retrospectiva del Washington Post encontró que: “En las 4 últimas décadas menos del 1.5% sobre un total aproximado de los 60000 hombres que conforman el clero católico han sido acusados de abuso sexual” El Dr. Thomas Plante, un psicólogo de Santa Clara University, halló que aproximadamente el 85% de todos los casos de sacerdotes hallados culpables de casos de abuso sexual de menores involucraban a adolescentes varones y no a niños pre púberes”, este reporte continuaba expresando que el verdadero problema [no era la pedofilia] sino la ordenación de sacerdotes con tendencias homosexuales. En 2002 Christian Ministry Resources [un servicio legal evangélico] concluyó que “A pesar de los titulares enfocados en los problemas de pedofilia de los sacerdotes en la Iglesia Católica Romana, la mayoría de las iglesias americanas golpeadas por casos judiciales de abuso sexual de niños son protestantes” Lifesite News, Feb 6 2004
A simple vista las noticias podrían hacerme pensar que tal vez la respuesta para evitar los pecados sexuales sería permitir que los sacerdotes se casen. Sin embargo el problema no esta en el celibato o el matrimonio sino en la fidelidad. 98% del clero no tiene ningún problema y las estadísticas de abuso no difieren de las de otros grupos como docentes o pastores e incluso son mas bajas. Otro dato a tener en cuenta es que aproximadamente el 85% de los casos de abuso sexual se da dentro de la familia. En estos datos concuerdan fuentes no religiosas
Alguien podrá decirme: … “tu sitio web trata de excusar a los sacerdotes comparándolos con las fallas de los protestantes”…
Mi propósito no es excusar a nadie, el Señor no nos juzga en relación a nosotros mismos sino en relación a su perfecta voluntad. El pecado grave daña seriamente al alma sin importar las acciones de los demás y estos sacerdotes han puesto su alma en serio daño. Lo remarcable de esta objeción -que a muchos les gusta- es que las mismas personas que no dudan en apuntar con el dedo y sacar a la luz los abusos sexuales cometidos por sacerdotes se sienten ofendidos cuando alguien saca a la luz los mismos pecados utilizando estadísticas que incluyen a no católicos. Yo muestro las estadísticas simplemente para poner el tema en perspectiva.
Por ejemplo, y dejando en claro que cada caso individual no deja de ser una tragedia, a pesar de que los acusados alguna vez de abuso –no necesariamente condenados- no llegan al 1,5% del total de sacerdotes –considera que en todo el mundo hay 400,000 sacerdotes - y de que en retrospectiva en los últimos 50 años sólo se condenaron alrededor de 200 casos en todo el mundo, “en una encuesta de Wall Street Journal-NBC News se halló que un 64% del público consultado piensa que los sacerdotes católicos abusan frecuentemente de los niños”. Lifesite News, Feb 6 2004
Esto no es sorprendente considerando el manejo que los medios hacen del tema. Antes pensaba que había algo “como a propósito”, sin embargo ahora lo entiendo:
La naturaleza humana es oscuramente pecadora y en la proximidad de la Gracia es donde se hAllen las mayores tentaciones...Después de todo esto es lo que ha enseñado la Iglesia Católica a lo largo de 20 siglos. Esta es una iglesia que raramente puede sorprenderse de la presencia del mal tanto dentro como fuera de sus filas. De hecho es sello de una verdadera Iglesia que le den un “tratamiento especial” cuando cae. En este sentido aún si lo hicieran motivados por la malicia de un prejuicio anticatólico, la gente tiene derecho a exigirle estándares más altos a la Iglesia Católica. Hugh Warren, Ottawa Citizen, Sept 23, 2003
Dios dijo que el trigo crecería junto a la cizaña. (Mt.13,30). No debiera sorprenderme entonces que en la Iglesia haya gente mala; si hasta Jesús eligió un mal discípulo, Judas. Y no decimos “Hey, Jesús no puede ser el Salvador porque eligió un mal discípulo”. Es más, de los primeros discípulos todos menos los 12 apóstoles lo abandonaron después del discurso del pan de vida, Judas lo vendió, 10 de los restantes 11 huyeron en Getsemaní y después Pedro lo negó tres veces durante la noche del juicio ¿Por qué deberíamos pensar que la Iglesia no tendría que tener gente mala si incluso los 12 más cercanos a Jesús fueron incapaces de resistir los ataques del demonio?
Hubo un frenesí mediático para publicar el escándalo, en el medio de esta tormenta mediática en contra de la Iglesia, un periodista de un diario de USA le planteó al p. Richard John Neuhaus su interrogante personal: “? “¿Sacamos a la luz Watergate y cayó Nixon, publicamos Enron y cayó, cómo es que la Iglesia sigue en pie? Muchos católicos piensan que es simplemente por lo que Jesús una vez le dijo a Pedro: “…Edificaré mi Iglesia y las puertas de la muerte no prevalecerán sobre ella” (Mt. 16,18)
...[hubo] un furor mediático de intensidad sin precedents en la historia religiosa de los Estados Unidos y con pocos paralelos en otros aspectos de nuestra vida nacional…Cualquiera hayan sido sus motivaciones (y la principal motivación es atraer consumidores, seguida por la de los premios al trabajo periodístico), editores y reporteros sirvieron a un propósito superior. Es usual que Dios use incluso a sus enemigos para disciplinar a los descarriados de su pueblo. Por ejemplo veamos en Isaías 10,5: “¡Asiria es la vara de mi ira, vara que mi furor maneja! Dice el Señor”. P. Richard John Neuhaus
Dios ha usado a los medios para disciplinar a la Iglesia y en el futuro la Iglesia le agradecerá esta oportunidad que permitió su purificación. Jesús quiere que su casa sea santa, y que todos sus sacerdotes sean servidores.
[la Iglesia] al mismo tiempo es santa y está en permanente necesidad de purificación, siguiendo constantemente el camino de la penitencia y la renovación” (Catecismo de la Iglesia Católica 1428)
Esta presencia de Cristo en el ministro no debe ser entendida como si éste estuviese exento de todas las flaquezas humanas, del afán de poder, de errores, es decir del pecado. No todos los actos del ministro son garantizados de la misma manera por la fuerza del Espíritu Santo. Mientras que en los sacramentos esta garantía es dada de modo que ni siquiera el pecado del ministro puede impedir el fruto de la gracia, existen muchos otros actos en que la condición humana del ministro deja huellas que no son siempre el signo de la fidelidad al evangelio y que pueden dañar por consiguiente a la fecundidad apostólica de la Iglesia. (Catecismo de la Iglesia Católica 1550)
Hay muchos llamados de los obispos a dar una respuesta más fuerte. Recuerdo que la Iglesia siempre ha tenido abundancia de enemigos. Muchos intentan utilizar esto para quebrar a la Iglesia, no quieren arrepentimiento, sino sangre. No quieren una Iglesia de rodillas, sino hecha cenizas. Los obispos deben ser muy cuidadosos para no caer en la trampa tendida a veces desde los medios que aprovechan este debate muy publico para sacar alguna tajada.
De cualquier manera, la mayoría de los obispos han tomado en serio un documento muy importante de la Congregación para la Educación Católica sobre las vocaciones publicado en noviembre de 2005 que dice:
...si bien respetando a las personas en cuestión, la Iglesia no puede admitir al seminario o las Sagradas Ordenes a quienes practican la homosexualidad, presentan tendencias homosexuales arraigadas o apoyan la llamada “cultura gay”.
Quienes han tenidos transitoriamente tendencias homosexuales deben probar haber estado libres de ellas por 3 años o más antes de considerar una vocación. Este reajuste del criterio de la Iglesia para aceptar vocaciones encuentra su razón en que el 95% de los casos de abuso probados involucraron relaciones homosexuales entre sacerdotes y jóvenes adolescentes varones y ocurrieron después del Vaticano II cuando algunas reglas de admisión se habían relajado.
Los católicos necesitamos rezar por nuestros sacerdotes y obispos. Necesitamos orar continuamente también por las vocaciones, por aquellos que son llamados por Dios al sacerdocio para que escuchen el llamado y respondan con valentía. También necesitamos orar para que quienes no han sido llamados por Dios tengan la claridad suficiente para discernir y no perseguir equivocadamente esta vocación tan importante y difícil.
El 28 de Julio de 2002, en la Jornada Mundial de la Juventud en Toronto, el Papa JPII, habló públicamente de este tema por primera vez:
¡Si amas a Jesús, ama a la Iglesia! No te desalientes por los pecados y las fallas de algunos de sus miembros. El daño causado por algunos sacerdotes y religiosos a la juventud y a personas vulnerables nos llena de un profundo sentido de tristeza y vergüenza. Pero piensa en la vasta mayoría de sacerdotes y religiosos generosos y dedicados ¡cuyo único deseo es servir y hacer el bien! Hay muchos sacerdotes, seminaristas y personas consagradas aquí hoy, ¡acércate y apóyalos! Y si en las profundidades de tu corazón sientes ese mismo llamado al sacerdocio o la vida consagrada, ¡no tengas miedo de seguir a Cristo al camino real de la Cruz! En los momentos difíciles de la vida de la Iglesia es cuando más urge buscar la santidad. Aquí puedes leer el mensaje completo –en ingles- de la JMJ 2002
En nuestra parroquia, el sacerdote es maravilloso. Él es de la India, donde ha estado los últimos cinco años como capellán de una colonia de enfermos de lepra. Es un verdadero servidor. Hemos tenido y tenemos muchos buenos sacerdotes.
Hace 100 años la Enciclopedia Católica publicaba lo siguiente:
No queremos negarlo [en medio de] el bajísimo nivel moral en diferentes periodos de la historia mundial…y en diferentes países llamados a sí mismos cristianos... el sacerdocio católico ocasionalmente ha sucumbido pero tales escándalos no tienen más efecto sobre el celibato obligatorio que el que tiene la prostitución que florece en todos lados en nuestras grandes ciudades sobre las leyes del matrimonio. No abolimos el matrimonio cristiano porque una gran proporción de individuos es infiel a las limitaciones que éste impone sobre la concupiscencia humana. Nadie concibe que las naciones civilizadas se volvieran más limpias o puras si la monogamia fuera sustituida por la poligamia. Así tampoco no hay razón para suponer que los escándalos serían menos y el clero católico más respetado si se les permitiera casarse.
Pienso que estas palabras no están limitadas a su tiempo y aplican bien a la moderna cultura norteamericana orientada por el sexo.
Si bien los medios no tuvieron éxito en destruir la Iglesia en esta oportunidad, en cierto sentido lograron algo de lo que buscaban. Neutralizaron la voz de la Iglesia en contra del matrimonio de personas del mismo sexo y a favor de la libertad de expresión. En el medio de estos escándalos la Canadian Human Rights Commission reglamentó el matrimonio gay como constitucional. Otra ley, llamada Bill C250 acaba de aprobarse. Esta ley dice que cualquier voz que disienta en contra de la agenda homosexual puede ser llevada a la corte como “crimen de odio” (discriminación)
Hay algo respecto de los medios que no cierra. Los que condenaron a los sacerdotes homosexuales por tener relaciones con adolescentes de 14 años, son los mismos medios que apoyan a los activistas gay y que hacen lobby para bajar la edad de consentimiento sexual masculino a 14 años de edad. Y son los mismos que silencian a la Iglesia cuando esta sale a hablar oponiéndose a la baja de la edad de consentimiento. Y son los mismos medios que ponen disponible pornografía y cuasi-pornografía en nuestras pantallas para que todos los que quieran ver tengan acceso sin importar la edad. Son los mismos medios que apoyan los programas de educación sexual en que las niñas de 11 años se les muestran imágenes gráficas de cómo tener sexo oral y anal. Me pregunto si al perseguir a la Iglesia su motivación es realmente buscar justicia o simplemente acallar la voz de la Iglesia.
Francisco de Sales, un gran católico que ayudó a sanar las heridas en la Iglesia luego de la Reforma y fue muy exitosos en ello dijo:
“Los que causan escándalos son el equivalente espiritual de un asesino [por destruir la fe en Dios, la vida espiritual de los perjudicados con su terrible mal ejemplo], los que permiten que un escándalo destruya su fe son suicidas espirituales”.
“Dios perdónanos, sánanos y por favor no permitas que los medios o los grupos de presión silencien nuestra voz en temas tan importantes como el aborto, el matrimonio, la sexualidad y la necesidad de una voz cristiana en la sociedad. Por favor Jesús, fortalécenos en tu voluntad más allá de las consecuencias personales que nos toquen afrontar”